Blanqueamiento dental

Este tratamiento tiene la finalidad de aclarar el color de los dientes, que con el paso del tiempo, se van oscureciendo. Puede realizarse en la consulta, mediante lámparas especiales, o de forma ambulatoria, en casa, mediante férulas o moldes de nuestra propia boca confeccionados en la clínica y geles blanqueantes.

Es necesario tener mucho cuidado con los productos para blanqueamiento que se venden en internet u otros establecimientos, ya que, además de tener una menor eficacia, pueden provocar lesiones importantes en dientes y encías al realizarse sin supervisión médica.

En Dental SCH, solo empleamos productos de blanqueamiento dental con eficacia demostrada y tratamientos supervisados en todo momento por nuestro especialista en estética dental.

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    Preguntas y respuestas sobre el blanqueamiento dental:

    Desde nuestra clínica dental en Chamberí contamos con profesionales de la odontología capaces de ofrecer la mejor solución para tus dientes. A continuación damos respuesta a algunas de las preguntas más frecuentes sobre el tratamiento del blanqueamiento dental que realizamos en nuestra clínica.

    El efecto del blanqueamiento puede perdurar en el tiempo si evitamos las sustancias que manchan los dientes (café, vino tinto, tabaco, ciertas verduras y frutas, colorantes…). De media, el color conseguido tras el tratamiento suele mantenerse alrededor de 1 año, pero depende de las características del diente y como hemos comentado, de los alimentos y bebidas que tomemos y de los hábitos que tengamos.

    Nosotros recomendamos hacer “recordatorios” a partir del año. Si optamos por realizarnos un blanqueamiento “ambulatorio” (el que se hace en casa con férulas transparentes y un gel blanqueante) es muy fácil realizar estos “recordatorios”, ya que el paciente tiene sus férulas y solo es necesario que nos pida el gel blanqueante para repasarlo. Por supuesto, es importantísimo venir también a revisión para controlar los efectos de estos recordatorios.

    tratamiento blanqueamiento
    • Blanqueamiento “ambulatorio” o “en casa”: este tipo de blanqueamiento lo realizamos en nuestra casa con el material, recomendaciones y precauciones que nos proporciona nuestro odontólogo. Utilizamos férulas de plástico transparentes hechas a partir de un molde de nuestra boca, donde se coloca el gel blanqueante con unas jeringas (habitualmente de peróxido de carbamida o peróxido de hidrógeno). Nuestro dentista nos explicará el número de horas al día que debemos llevarlo puesto y el número de semanas que debemos usarlo, que no suelen ser más de cuatro semanas.
    • Blanqueamiento “en la clínica” o “profesional”: esta técnica se lleva a cabo en la consulta dental. Nuestro dentista protegerá primero nuestras encías y, a continuación, colocará el gel (habitualmente peróxido de hidrógeno al 35-40%) que se activará mediante calor y/o una fuente de luz. Normalmente suelen realizarse unas cuatro sesiones de unos 15-20 minutos, pero esto puede cambiar en función del producto. También pueden realizarse mediante láser.
    • En ocasiones es necesario combinar los dos tipos anteriores, sobre todo en personas con unos dientes bastante oscuros o amarillentos, para potenciar todo lo posible el aclaramiento de los dientes. Nosotros recomendamos a aquellas personas que se hacen el blanqueamiento en clínica siempre continuarlo en casa para potenciar y prolongar sus efectos.
    • Blanqueamiento interno: este es el tipo que se realiza en dientes a los que se les ha realizado una endodoncia o un tratamiento de conductos. En este caso, tras un buen sellado del conducto de la raíz del diente, se coloca el agente blanqueante en el interior de la corona del diente, el cual se va cambiando periódicamente hasta que se consigue el aclaramiento deseado.

    El tiempo que los dientes tardan en blanquearse depende del tipo de tratamiento que nos hagamos. Habitualmente el efecto obtenido es más rápido con el blanqueamiento “en clínica”, ya que, en la mayoría de los casos se logra un efecto instantáneo el día en que se hacen las sesiones. Pero si después de éste no se lleva a cabo un refuerzo con férulas y gel blanqueante (el otro tipo como, el “ambulatorio”), el efecto suele perderse más rápidamente.

    Si nos hacemos directamente el blanqueamiento “ambulatorio” el efecto será más progresivo, pero se puede lograr el mismo efecto que el obtenido con el “blanqueamiento en clínica”. En las personas con hipersensibilidad dentinaria, comúnmente llamado “sensibilidad”, recomendamos este tipo, porque esta es mucho menor, y en caso de que se tenga “sensibilidad” con una concentración determinada, se pueden emplear jeringas con gel de menor concentración de agente blanqueante para que no haya ningún tipo de molestia.

    El tiempo en el que los dientes se blanquean también depende de:

    • Si se toman alimentos o bebidas que manchen los dientes
    • Si es fumador
    • Si tiene algún diente con endodoncia

    Hay un pequeño porcentaje de pacientes (1-5%) en el que el blanqueamiento no es tan efectivo, y en este caso, habrá que valorar tratamientos alternativos como son las carillas de composite o cerámica.

    El blanqueamiento dental es un tratamiento estético altamente demandado que siempre requiere la explicación y supervisión por un dentista. Los dientes están formados, además de por estructuras duras y mineralizadas, como el esmalte y la dentina, por un sistema nervioso y por vasos sanguíneos que pueden verse afectados si este tratamiento no se realiza adecuadamente. Solo el odontólogo presenta los conocimientos adecuados para diagnosticar y guiar al paciente para conseguir el blanqueo de sus dientes. Además, es imprescindible que, antes de iniciar el tratamiento, nuestro dentista nos revise la boca y corrobore que no tenemos ninguna infección, como la caries o la enfermedad de las encías (periodontitis) ya que nuestros dientes y encías pueden verse perjudicados en mayor medida.

    Existen varios remedios caseros para intentar blanquear nuestros dientes, como es el uso de bicarbonato sódico, jugo de limón o agua oxigenada, que, si se usan de manera indiscriminada, pueden acelerar el desgaste del esmalte y producir sensibilidad dental.

    También se pueden comprar por internet productos como los “kits de blanqueamiento” que disponen de unas férulas de plástico donde se echa el agente “blanqueante” o determinadas “tiras blanqueantes” que se colocan sobre los dientes.

    Hemos de tener cuidado porque si empleamos una concentración alta de agente blanqueante sin supervisión podemos sufrir quemaduras en la encía o incluso se pueden provocar alteraciones en el nervio del diente. Pero, además, si no acudimos a nuestro dentista o especialista para este tratamiento podemos estar pasando por alto enfermedades bucales que deben diagnosticarse y controlarse antes de llevar a cabo estrategias con mero objetivo estético como el blanqueamiento. Podemos mejorar nuestra sonrisa siempre y cuando nuestros dientes estén sanos y no arriesgamos el bienestar de nuestra boca.

    Entre los riesgos de los tratamientos no supervisados podemos encontrar:

    • Pasar por alto la detección de caries, enfermedad de las encías y otras patologías bucales.
    • Mayor erosión y desgaste de los dientes. Muchos productos blanqueantes llevan en su composición partículas abrasivas que pueden favorecer el deterioro de la superficie del diente si no se usan adecuadamente.
    • Sensibilidad dental. Si nos hacemos el tratamiento en la consulta dental nuestro odontólogo nos podrá explicar los pasos a seguir si aumenta la sensibilidad en nuestros dientes.
    • No todos los dientes se pueden blanquear. Las personas que tomaron determinados antibióticos (tetraciclinas) o exceso de fluorosis en el agua durante la época de formación y desarrollo del diente presentan tinciones en su superficie que, dependiendo del grado de afectación, pueden o no ser susceptibles de blanquearse. Lo mismo ocurre con otras alteraciones congénitas o del desarrollo que afectan al esmalte. Tampoco se podrán blanquear los dientes con coronas o “fundas”, ya que la superficie del diente, que es lo que se aclara, está cubierta por cerámica y/o metal. En estos casos, con un tratamiento no supervisado, la persona estará expuesta a los efectos secundarios sin obtener un beneficio añadido a cambio. Si acudimos a la consulta nuestro odontólogo nos explicará si somos candidatos al este tipo de tratamiento para nuestros dientes.
    • Blanqueamiento desigual en las distintas zonas del diente. Los dientes que tienen alguna zona restaurada o “con empastes” no pueden blanquearse de forma uniforme, ya que lo que se blanquea es el diente, no el material de restauración. En la consulta dental, nuestro odontólogo nos advertirá sobre este efecto y nos dará posibles soluciones para un adecuado resultado estético.
    • Persistencia de manchas y tinciones que deberían haberse eliminado en una limpieza de dientes previa por el dentista.
    • Menor efecto blanqueante al emplear estos productos agentes a una menor concentración que las que pueden ser prescritas por el odontólogo.